Desierto de Atacama
- mariadelacruzg
- 8 feb 2015
- 4 Min. de lectura
El desierto más seco de la Tierra ofrece algunos de los paisajes más increíbles de Chile: el Valle de la Luna al atardecer, los Géiseres del Tatio al alba y la Cordillera de la Sal a lomos de un caballo bajo el sol abrasador… son algunas de las experiencias inigualables– y a veces extremas- que se pueden vivir allí.

¿Cómo llegar? Hay vuelos todos los días desde Santiago hasta Calama, con LAN y Sky Airlines. Para los mochileros y viajeros con bastante tiempo y poco presupuesto, ir en autobús puede ser una buena opción, si bien 24 horas de autobús pueden resultar desesperantes. Otra opción es empezar el road trip en Santiago, ir hasta la Serena para disfrutar del incomparable escenario del Valle del Elqui, Coquimbo, Isla Damas y Bahía Inglesa, y desde allí retomar el viaje a San Pedro de Atacama.

Por falta de tiempo (solo disponía de 5 días), yo viajé en avión hasta Calama. Para llegar hasta San Pedro, se puede ir a la terminal de buses de Calama, y allí tomar un bus que por unos 5 USD os dejará en el centro de San Pedro de Atacama. Otras opciones son tomar un transfer (un poco más caro) o un taxi (bastante más caro). Mucha gente busca otros viajeros para compartir el precio del taxi, ya que casi nadie se queda en Calama. Nosotros éramos cuatro, así que regateamos a un taxista y conseguimos un precio bastante bueno para el trayecto de una hora.

He estado dos veces en San Pedro. Las dos me quedé en el Bed&Breakfast “La Kasa del Río”, un poco apartado del centro (digamos 15 minutos a pie, que en San Pedro todo está cerca), pero muy buena opción calidad/precio: desde 10 USD por noche. Los dueños son muy agradables (la señora nos preparaba pan con palta y huevos revueltos cada mañana para desayunar). Las excursiones se pueden reservar a un precio menor desde el hostal, ya que tienen convenios con agencias de turismo del pueblo.

San Pedro es un pueblo precioso, pero minúsculo. En menos de un día, se recorre entero. Sus principales atractivos: la Iglesia de San Pedro y la plaza. Recorrer sus callejuelas polvorientas es una gozada. Para comprar (caras) artesanías, mejor ir al Pueblo de Artesanos que al pasaje ubicado en la plaza. Aunque está más lejos, vale la pena. El cementerio del pueblo es pintoresco y colorido. Y si os sobra tiempo, es recomendable la visita al Museo Arqueológico Gustavo Le Paige.

El principal atractivo de San Pedro es que está en medio del desierto, en un punto idóneo para desplazarse y ver los principales enclaves de la región. Las excursiones las hice todas con la agencia Terra Extreme, y no tengo ninguna queja, todo funcionó a la perfección. Si no dispones de mucho tiempo en Atacama, te recomiendo estas experiencias…

Valle de la Luna y Valle de la Muerte: Si tienes poco tiempo, esta es la excursión que deberías hacer para quedarte con una imagen más o menos clara del desierto de Atacama. Dura medio día y es barata (7 USD aprox., dependiendo de la agencia). Si puedes, ve al atardecer. Ver la puesta del sol sobre un paisaje que parece sacado de una película, es una experiencia inigualable. Te encontrarás con (muchos) turistas que quieren sacar la misma foto que tú, pero solo relájate… y disfruta las vistas.

Géiseres del Tatio: Levantarte las 4 A.M., con -15ºC. Vale, no suena muy agradable. Pero vale la pena. Llegarás al amanecer a un paisaje que te sorprenderá. Los estallidos de los géiseres cuando apenas ha salido el sol, los dedos entumecidos por el frío, el mal de altura, el olor a azufre… Vale, no es oro todo lo que reluce, pero en ningún otro lugar encontrarás unas vistas iguales y vivirás una experiencia así.

Luego podrás bañarte –si te atreves- en las termas de Puritana. El agua está deliciosa pero… ¡ay, qué frío helador al salir! No pensaba bañarme y, como resultado de llevar puesta toda la ropa de la maleta, decidí a última hora zambullirme con el pijama puesto. De regreso a San Pedro, pasarás por el pueblito de Machuca, típicamente atacameño, pero modificado al gusto del turista, por lo que pierde algo de su encanto.

Laguna Céjar: Esta excursión también dura medio día. La laguna Céjar tiene más sal que el Mar Muerto, así que si te bañas, ¡flotarás! Los Ojos del Salar tienen una curiosa forma, y se ubican a poca distancia. El paisaje es, como en toda la región, magnífico. Finalmente, podrás ver el atardecer en la extensión de sal de la Laguna Tebenquiche (un ‘Uyuni’ a pequeñísima escala), y te maravillarás con el reflejo rosado del sol poniéndose sobre los Andes -si es con una copa de pisco sour en la mano, mejor.

Cabalgata en la Cordillera de la Sal y Pucara de Quitor: El sol abrasador sobre la arena, silencio total solo interrumpido por el ruido de los cascos del caballo, que aumenta su velocidad, haciéndote sentir la adrenalina en ebullición…

Sandboard a medianoche en el Valle de la Muerte: Si te gustan los deportes extremos, tienes que probar a hacer sandboard bajo las estrellas en las dunas del Valle de la Muerte, a medianoche y con música tecno a todo trapo. Es agotador, pero vale la pena el subidón.

Ver las estrellas: Atacama es el perfecto lugar para contemplar el firmamento y maravillarse ante la enormidad del universo. Yo hice este tour con la agencia Space, y quedé muy contenta con sus servicios.

¿Y por la noche? Siempre encontraréis un agradable bar con música en vivo donde charlar junto a la chimenea. Si os apetece más fiesta, están los carretes clandestinos en el desierto (no los busquéis, ellos os encontrarán) y también podéis preguntar en cualquier bar por el "carnicero" (no diré más).

Atacama, tierra de contrastes, belleza natural y aventura. Sin duda, uno de los lugares que más me maravillaron de Sudamérica.
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