Barcelona, imperfecta simetría
- mariadelacruzg
- 21 may 2015
- 5 Min. de lectura
Siempre he pensado que Barcelona es una de las ciudades más bellas de España (y del mundo). Y si os venís a recorrerla conmigo, descubriréis por qué. Cuando tenía 12 años, leí La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, una de mis novelas preferidas a día de hoy. La historia se desarrolla en la Barcelona de inicios del siglo XX.

Fue inmersa en las páginas de esa novela como viajé por primera vez a una ciudad oculta entre luces y sombras. Para ir físicamente, tuve que esperar todavía un par de años. Y Barcelona me deslumbró tanto entonces, con sus aires de grandeza y su música de otra época, que repetí el viaje varias veces más. Cada uno de ellos, me desvelaba algo que antes desconocía del alma de esa ciudad.

Calles estrechas y oscuras conviven con anchas y extensas avenidas. La sombrerería de principios del siglo XX, con el H&M a la vuelta de la esquina. El McDonald’s con el bar de barrio de toda la vida. Pocas ciudades he conocido, en las que coexistan de forma tan perfecta lo antiguo y lo nuevo, la historia y la vanguardia.

Barcelona es una ciudad para descubrir una y otra vez durante semanas y meses. Si vuestro tiempo es limitado, aquí va una lista de 10 cosas que no podéis dejar de ver…
1. Las Ramblas y el Mercado de la Boquería
No puedes decir que has estado en Barcelona si no has paseado por la mítica avenida de las Ramblas, que se extiende desde la concurrida Plaza de Cataluña hasta el monumento de Colón, cerca del mar. Por el camino encontramos, junto a puestos callejeros, estatuas humanas, espectáculos (y carteristas), el famoso Mercado de la Boquería, uno de mis lugares preferidos de la ciudad.

Pasemos, y descubramos los productos locales junto a otros mucho más exóticos; las abuelitas haciendo la compra del día junto a turistas procedentes de las más remotas regiones del mundo. Es este el mercado más grande de Cataluña, y uno de los más antiguos de la ciudad.

2. La Ciutat Vella: el Barrio Gótico y el Raval
En mi opinión, es uno de los barrios con más encanto de Barcelona. Las Ramblas lo separan en dos partes: El Gótico (más turístico) y el Raval. Perdámonos entre sus callejuelas estrechas, sin miedo. En pleno Barrio Gótico nos encontraremos la Catedral del siglo XIII, el barrio judío y alguna joya más, como la Plaça del Rei, que parece sacada de la Edad Media. El Raval está algo más descuidado que su vecino, pero también tiene mucho encanto.

3. El Port Vell y la Playa de la Barceloneta
Estamos en el antiguo barrio de los pescadores, un lugar para perderse y pasear. La Barceloneta es la playa más famosa de la ciudad. El paisaje se ha visto modificado a lo largo de los años, y de fondo hoy podemos contemplar el “edificio vela”, el mítico hotel W de Barcelona. Junto a la playa, encontraremos muy buenos restaurantes donde comer una paella de las de verdad, de las de toda la vida, a un precio razonable.

4. La Villa Olímpica
Fue la zona que albergó a los deportistas en los Juegos Olímpicos del 92. Es una zona moderna, nada que ver con el Port Vell, en la que destacan los rascacielos. En el cercano Parc del Fòrum, se celebró el Forum Universal de las Culturas en 2004.

5. La Sagrada Familia

Una visita a Barcelona no es completa si no se visita el mítico edificio (aún en construcción), del arquitecto Antoni Gaudí. Empezó a construirse en 1881, y se calcula que lo veremos terminado allá por 2026. Es ya el edificio más emblemático de la ciudad. Haremos cola durante un rato más bien largo, hasta comprar las entradas. Pero os juro que vale la pena la espera, que el interior será, si cabe, más impresionante.
6. El Parc Güell y la Barcelona de Gaudí
Otra joya del paraíso de Antoni Gaudí es el Parc Güell, un lugar para visitar y quedarse. Es un parque inspirado en unos jardines de estilo inglés, colorido e impresionante, desde donde podemos disfrutar de las mejores vistas de la ciudad, con el Mediterráneo al fondo.

En pleno Paseo de Gracia está la Casa Batlló, que ya se encuentra inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. La Casa Milà, o “la Pedrera” es otro buen ejemplo de la arquitectura modernista del genio catalán.
7. Montjuic
No podemos irnos sin subir al Montjuic, la pequeña montaña de 184 metros que se ve casi desde cualquier lugar de la ciudad. Recibe ese nombre porque era allí donde los judíos enterraban a sus muertos. Es un lugar perfecto para explorar, y desde el castillo que hay en la cima, podemos contemplar unas vistas magníficas de Barcelona desde las alturas.

8. Tibidabo
Sí, de montañas va la cosa. Pero esta es bastante más alta que el Montjuic (516 metros). Podemos subir en funicular. En lo alto encontraremos un parque de atracciones y una iglesia (desde donde, ¡sorpresa!, el panorama es espectacular).

9. Camp Nou
¿Por qué no? Tanto si os gusta el fútbol, como si no, la visita al estadio más grande de Europa (con capacidad para 100.000 personas) es recomendable, haya o no partido. ¿Qué por qué se llama culés a los aficionados del Barça? Pues veréis, resulta que en el antiguo estadio del fútbol, las gradas eran tan rudimentarias, que cuando los espectadores se sentaban en ellas, se les veía la espalda y el culo (cul es culo en catalán).

10. Ruta gastronómica en Barcelona
¿Dónde comer? En una ciudad de casi dos millones de habitantes, obvio que encontraremos dónde. Pero los precios no son siempre asequibles, y muchas veces parece que el bocadillo que nos estamos comiendo lleva oro y diamantes en su interior… Si queréis saliros de los clichés turísticos y comer algo típico en un lugar más típico aún, os recomiendo el Barrio del Poble Sec. Por sus calles sentimos la esencia de la Barcelona más auténtica. Seas vegano, “gastrohipster” o un carnívoro de la vieja escuela, la oferta gastronómica del barrio es de lo más variada y económica.

El Mercado de la Boquería es otro lugar para probar cosas nuevas y de toda la vida. El “Quim” es un clásico del “arte de comer en taburete”. Y, para comer, una paella en condiciones, junto a la Barceloneta encontraréis más de un restaurante que no os defraudará.

En fin, que no será por falta de lugares en los que comer. Para gustos, sabores. Una última nota. En mi último viaje a Barna, me dio por probar algo nuevo, y me decidí por la cocina vietnamita (bastante desconocida, por cierto). Si os animáis, el “Bun Bo” es de lo mejor que he probado, y la decoración del local es genial.

La mejor manera de moverse por la ciudad de forma rápida y barata es en bicicleta, especialmente por la Ciutat Vella. Si no, el servicio de metro es muy eficiente (de los más limpios y rápidos que he visto).

¿Queréis salir de la ciudad? Podemos ir (¿por qué no?) hasta Montserrat… A una altura de 720 metros sobre el nivel del mar, se erige el Monasterio de Santa María.

El monasterio es, arquitectónicamente, maravilloso. Pero más aún, su exterior. Las vistas son impresionantes, ¿verdad?

He intentado condensar, en solo un artículo, la esencia de una ciudad que enamora, y que hay que visitar, perderse en ella y vivirla. Un accidente de simetría, en la que varias piezas imperfectas encajan a la perfección, resultando un paraíso para los cinco sentidos. Ya lo decía Freddy Mercury: “Barcelona, qué bello horizonte, como una joya en el sol. Por ti seré gaviota de tu bella mar”.
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